miércoles, 16 de noviembre de 2011

De amor y otras patologías

Observando el juego de un par de niñas de preescolar, comencé a preguntarme ¿qué es lo que esperamos tanto hombres como mujeres en una relación de pareja?
 Las pequeñas jugaban a las Barbies, las preparaban para un evento importante y una de las muñecas iba vestida de novia, así que me interesé y me acerqué a interactuar con ellas:
-¿Por qué está vestida tu muñeca con ese traje tan bonito? Pregunté, a lo que ella contestó:
 -¡¡¡Pues porque se va a casar!!!!
-Aaaah muy bien y ¿con quién se casará? Continué inquiriendo; 
- ¡¡¡Ay pues quien sabe pero se va a casar!!!

Fue esta sincera respuesta lo que me llevó a la conclusión, de que el amor puede llegar a ser en verdad una patología. ¿Por qué lo digo?, una enfermedad o un síndrome tiene que cumplir ciertas características para poder ser nombrado como tal. Requieren de una serie de signos y síntomas que nos avisen que algo raro o diferente nos está pasando, y sobretodo y más importante debe tener una raíz, una parte de donde toda esta sintomatología se desprenda.
Y para mi, la raíz de dónde se desprenden las interacciones en una relación amorosa, o de lo que esperamos en una pareja; son las ideas que nos vamos formando desde pequeños. 
Las mujeres crecemos con cuentos de hadas y telenovelas, en donde nos pintan príncipes encantadores, guapos, caballerosos, buenos proveedores, etc… y nos quedamos con la idea de que casarnos es lo mejor que nos puede pasar en la vida, porque al igual que Cenicienta y María la del barrio, eso nos dará nuestro final feliz.
¿Qué pasa con los hombres? A ellos generalmente (ojo, no siempre) mamá les ayuda a formarse una idea de cómo debe ser una mujer ideal: Linda en sociedad, hacendosa en la casa, y accesible en la cama (sin cosas extravagantes, si no ya es una pu…)
Todos estos prejuicios e ideas preconcebidas, dificultan que el curso de una relación fluya libremente y la enfermamos, tendemos a querer cambiar a la persona que está con nosotros o peor aún, queremos cambiar nosotras mismas para convertirnos en la persona que el otro espera que seamos. Las relaciones humanas son de por si complicadas y cuando les añadimos expectativas, infundadas en historias y cuentos de hadas,  lo son aún peor.
Lo mejor que podemos hacer el dejarnos llevar, ¡los príncipes y las princesas están en los cuentos! Somos seres de carne y hueso que sentimos, pensamos, opinamos, fallamos y amamos. Vive y disfrútate  a ti y a tu pareja tal y como son, no dejes que el amor se convierta en una enfermedad.
Se libre y no aprisiones.
Checa esta canción extraída directamente del soundtrack de mi vida, me parece que es una buena ilustración de lo que nos sucede al idealizar a alguien.
Martha


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2 comentarios:

Stef dijo...

Me gusto mucho!!! Lo único que no ... Es pensar que todos busquen a una mujer parecida a su mama ... Ahhhh que miedo!!!

Martha dijo...

O que busques uno como tu papá!! Jajaja